9.7.13

Hace un par de años en Brasil tuvimos la suerte de hospedarnos en un precioso hotel, completamente decorado por la obra de un autor; su temática era ambigua: caballos libres y una mujer desnuda.

Nos parece hasta el día de hoy que a ella, él la amaba, se le notaba en la caricia del pincel sobre la tela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario