27.7.13

Conocí a García Márquez por obligación, como todos, en medio de lecturas secundarias. No obstante me asaltó un cálido afecto por su obra y sus palabras tan llenas de colores y vericuetos. 
Ya no lo leo hace tiempo, a veces me gustaría…, así comienza “Del amor y otros demonios” un texto polifónico: “Un perro cenizo con un lucero en la frente irrumpió en los vericuetos del mercado el primer domingo de diciembre, revolcó mesas de fritangas, desbarató tenderetes de indios y toldos de lotería, y de paso mordió a cuatro personas que se le atravesaron en el camino. Tres eran esclavos negros. La otra fue Sierva María de Todos los Ángeles, hija única del marqués de Casalduero, que había ido con una sirvienta mulata a comprar una ristra de cascabeles para la fiesta de sus doce años”.

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