Hace ya mucha-agua bajo el puente, había
pensado en escribir aquel primer cuento, corto quizá, desordenado, autorreferencial,
nutrido de todo un poco. Pero no me animaba el amor, sino el espanto.
Fue bueno haber esperado tanto tiempo mas, y hoy
cada palabra desalineada, resignifica una existencia plena en amores y berrinches.
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