8.9.11

De la Apología de Sócrates.


 “Ciudadanos atenienses, yo no sé, la impresión que habrá hecho en vosotros el discurso de mis acusadores. Con respecto a mí, confieso que me he desconocido a mí mismo; tan persuasiva ha sido su manera de decir. Sin embargo, puedo asegurarlo, no han dicho una sola palabra que sea verdad”. 

En 399 a.C. Sócrates de 70 años, es acusado de corromper a los jóvenes y de no creer en los dioses en que creía la ciudad y sustituirlos por nuevas divinidades. Se forma un tribunal de ciudadanos capaces.
La practica itinerante de Sócrates ciertamente se convirtió en algo molesto, incluso humillante para aquellos cuya ignorancia se ponía en evidencia y quedaban en ridículo; no obstante su motivación principal era la descubrir la verdad, la verdad de un modo tal que permita vivir conforme a ella, es decir buscaba desnudar lo aparente y encontrar un sentido moral, recto. Sin dudas Sócrates se ocupaba de las cuestiones éticas.
Sabemos que llamaba a su arte discursivo mayéutica, para que los otros dieran a luz nuevas ideas, nuevas realidades y nacieran a la verdad.

Anito (uno de sus acusadores) pide al tribunal la pena de muerte; el asunto cobra interés general, pasa a ser un asunto político.
En su defensa, Sócrates se atiene estrictamente a los hechos y habla al tribunal como solía hacerlo en el ágora, sin alargarlos y sin artificios. Se contenta con referir precisamente lo que ha sido su vida – explicando su conducta, y sus acusadores, producto de la envidia, han fundado en calumnias su detracción.
Al contrario de los sofistas, Sócrates nunca ha pedido retribución por sus lecciones y esta tarea ha facilitado las acusaciones, por la radicalidad de su enseñanza; ya que interrogaba a los otros y dejaba al descubierto sus errores e ignorancia (públicamente); se gana enemigos a montones, sin duda alguna.

4 comentarios:

  1. ¿Dónde se fundan las amenazas?
    ¿Ha sacado provecho de su talento o de los dotes de su discurso?
    Es respetuoso de la ley, humilde y cumple con sus deberes como ciudadano; Sócrates intenta explicar a sus jueces que la misión que lo asiste no es ni política, ni pedagógica, si no una misión profunda, moral, es decir: filosófica.
    Trata de desenmascarar lo falso, de poner al descubierto las apariencias de valores tomados por naturales. Interpela sin respetar privilegios sociales, denuncia a los poderosos, e invita a pensar lo cotidiano, a cuestionar lo obvio.

    Tras las deliberaciones, Atenas decidía condenarlo a muerte, sus amigos le propusieron que huyera, Sócrates lógicamente se negó por respeto a la justicia, que había decidido traicionarlo. De haber sido así, su existencia carecería de sentido, mas aún: sería participe de menospreciar y degradar la noción misma de justicia y la ciudad.

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  2. Es (fue) preciso que Sócrates muera.

    La vida de Sócrates, su condena, su muerte: tuvieron un efecto decisivo en Platón (surge el imperativo de filosofar).
    Filosofar, se presenta como una respuesta a condiciones de existencia insostenibles. Fue (es), la necesidad de repensar la democracia (ateniense ayer, nuestra hoy).

    Democracia (etimológicamente) es poder del demos (del pueblo, de la gente sencilla).
    Significa que la dirección de los negocios públicos concierne a todos y a cada uno de los ciudadanos; entonces dirigen los destinos de la Polis. Esta concepción, implica que el poder esté en medio y al alcance de todos.

    Se introduce así, un cambio de conciencia cívica, donde priman las relaciones interhumanas. Este proceso comienza un siglo antes, en VI a.C, con una decisión de fusionar las tribus, la decisión fue la de reemplazarlas por municipios (es decir administrativamente), desmembrando el antiguo orden social.
    El poder es transferido a la Asamblea, que entiende en todo los asuntos públicos.

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  3. Gradualmente la democracia se va corrompiendo y los dirigentes se someten a las pasiones, en este contexto y en una sumatoria de variables y factores, permiten que los adversarios de la democracia impongan poco a poco, un nuevo estado de cosas.
    Persistió un clima de desconfianza, la opinión pública teme a los intelectuales, por propiciar una revisión de las tradiciones. Así, Sócrates es una amenaza al frágil estatus quo, como dice el autor: que frente a la derrota de la democracia (él) muere democráticamente.
    La muerte de Sócrates lleva a Platón a consagrarse a la “recta filosofía” (definirla, llevarla a cabo).
    La Filosofía se opone a ese orden de cosas descripto (débil, corrupto), quiere enderezar el sistema de valores predominante.
    Buscaría Platón, demostrar que la sofística y la retórica son caminos equivocados, que en la técnica de la palabra y su dominio no reside la realización de la virtud política.
    Sin embargo, Platón considera que la virtud política debe fundarse en los sentimientos de honor y justicia; así todos están en condiciones de debatir los actos de gobierno.

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  4. “La correspondencia entre los fines del estado y los del individuo únicamente puede lograrse, si en definitiva el individuo encuentra su interés con el servicio de la colectividad”.

    Creo oportuno pegar a continuación, el párrafo final de la Apología de la Apología de Socrates: “Cuando mis hijos sean mayores, os suplico los hostiguéis, los atormentéis, como yo os he atormentado a vosotros, si veis que prefieren las riquezas a la virtud, y que se creen algo cuando no son nada; no dejéis de sacarlos a la vergüenza, si no se aplican a lo que deben aplicarse, y creen ser lo que no son; porque así es como yo he obrado con vosotros. Si me concedéis esta gracia, lo mismo yo que mis hijos no podremos menos de alabar vuestra justicia. Pero ya es tiempo de que nos retiremos de aquí, yo para morir, vosotros para vivir. ¿Entre vosotros y yo, quién lleva la mejor parte? Esto es lo que nadie sabe, excepto Dios”.

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