Una mujer desnuda y un lienzo blanco inmaculado. Danzan.
Ella se inunda de pinturas de muchos colores (de todos los colores), solo libertad y desnudez-natural, sin sonrojas. Se mezclan, se imprimen – se funden y confunden.
Desde un rincón erógeno y humeante, cómodo, su Creador… con un cigarro.
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