28.1.14

Dos cosas sí, me quedaron bastante impactadas en la memoria y conservadas en los sentidos, expresiones disonantes del resto del camino. Por eso aún vuelvo sobre ellas para pensarlas y para retenerlas, cosa de que no se me olviden tan deprisa, como si no hubieran existido.
Ambas sucedieron en el pueblo insignia de la Quebrada, en Humahuaca (quizá por esa cosa de que es patrimonio de la humanidad según la UNESCO y eso, es un poco comenzar a no-ser), la primera fue un desprolijo mensaje pintado con aerosol en una pared del pueblo, decía rabioso: “fuera usurpadores de cultura”. Así de corto, así de explícito. ¿A quienes va dirigido? - tal vez a mí, tal vez a usted, tal vez a ellos mismos divididos en varias facciones de quebradeños. ¿Qué es la cultura? – se apresuró a preguntar alguien el otro día.
La otra expresión, es un viejo poema que todos conocemos pero que nosotros escuchamos recitar de la garganta de nuestro guía local y por eso suena distinto: “No te rías de un colla” – casi como una baguala, un lamento. Una triste procesión, una plegaria.

Dagas en cada sílaba y así rematamos con la pregunta ¿qué es la patria? - ¿acaso existe?

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