Luego de un profundo período de desmoronamiento de la
Edad Media , el Renacimiento imprime una
nueva visión del universo y del hombre; este tiempo cobra su mejor cariz en
ciudades como Venecia, Florencia y Génova. Mientras que el hombre del medioevo
era un mero instrumento de Dios y su vida terrena un pasaje a la eternidad; el
nuevo hombre se coloca en el centro de la escena, se torna individualista,
asume un espíritu crítico que conoce a través de la razón y la observación da
un salto cualitativo dejando de ser contemplación. Las verdades de la fe ahora
son sometidas a las pruebas de laboratorios. La sociedad industrial se gesta en
este nuevo clima epocal.
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