Uno llega con sus auriculares y sus ilusiones a
cualquier lugar desconocido. A primera vista nada le parece demasiado
espectacular.
Entretanto me alojo en un hotel casi de mala
muerte en el que estuve poco, poquísimo, casi nada. Pero… el pasillo me
recordaba a la película de Tarantino (Hostel), incluso había una pareja de
extranjeros en el cuarto pegado.
Pensé repetidas veces, ¿qué voy a hacer mi
cortan los dedos?
--- crónicas del NEA, toma 2.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario