23.2.14

El rol del profesor de filosofía nos remite una vez más a la posición socrática de la Mayéutica, una búsqueda de la palabra.
No hablamos de la mera enunciación, sino de una expresión singular. El profesor de filosofía solo puede ayudar a tal creación de manera indirecta, podríamos decir que cuando la palabra se queda apresada en el plano de lo dado y pierde relación con el plano de lo nuevo se transforma en un cliché, pierde toda su potencia creadora.
El cliché siempre manifiesta una ausencia de sentido, pueden ser refinados y ocultarse en discursos elegantes y moralmente elevados pero son siempre pensamiento muerto.
La palabra propia expresa la fuerza que la atraviesa e imprime en ella una marca de autenticidad (una palabra desnuda, verdadera) y por tanto no puede ser transmitida.

Ayudar a nacer la palabra propia, no es entonces lo mismo que transmitir conocimientos, no es una cuestión de saberes sino de sentido.

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